sábado, 7 de julio de 2012

LA MEDITACIÓN

¿Qué es la meditación? La meditación en contra de lo que mucha gente pueda pensar no es una práctica para solamente unos pocos, una práctica misteriosa, ni extraña, sino que es una práctica para lograr aquietamiento, el aquietamiento de nuestros cuatro cuerpos inferiores: físico, etérico, emocional y mental. 

La necesidad de aquietarse es una necesidad que todo estudiante debe tomarse muy en serio pues es la única manera de que la energía que viene de la Presencia puede ser aprovechada en su más grande amplitud, toda la energía que viene de la Presencia que es nuestro verdadero ser y que muchas veces estas energías se ven impedidas de poder llegar a nosotros por el estado de desorden en que se encuentran nuestros cuerpos inferiores. 

La meditación es la práctica que nos permite aquietar los vehículos. En el mundo occidental en donde la necesidad de servicio parece ocupar la mayor parte de nuestro tiempo es difícil lograr que los cuerpos inferiores se aquieten sin una práctica efectiva de la meditación. Nuestro mundo está tan lleno de energía pesada que desacelera la tasa vibratoria de nuestros vehículos y los hace lentos y receptivos a energías no constructivas. Es por eso que necesitamos la meditación para poder aquietarnos y que la energía de Dios pueda fluir a través nuestro. 

La meditación nos permite cargarnos de energía para estar receptivos al poder de la Presencia. 

Si por ejemplo tenemos un vaso de agua con tierra en el fondo, si lo agitamos el agua se ensucia pero si lo dejamos reposar, al cabo de un rato la tierra se asienta en el fondo y el agua vuelve a verse limpia. Pues eso es lo que hace la meditación con nuestros cuerpos inferiores que se encuentran en continuo estado de agitación. 

Para intensificar la acción de la vibración de nuestro cuerpo no hay más que poner la atención en algún Maestro o en nuestra propia Presencia “YO SOY”, pues al poner nuestra atención sobre algo la energía que compone aquello sobre lo que ponemos la atención regresa a nosotros. Si nos aquietamos y ponemos la atención en la Presencia, automáticamente, la energía de la Presencia viene a nosotros. Cualquier persona puede meditar, no debemos hacer nada especial, sólo tenemos que aquietarnos y poner la atención en la Presencia. Al principio se requiere de una gran disciplina para controlar los cuatro cuerpos inferiores porque la energía del promedio de la humanidad corre descontrolada. Lo realmente difícil no es la meditación sino aquietar los vehículos, pues los vehículos no descansan nunca, siempre están en continuo pensar, sentir…. La meditación por eso es importante que se practique cada día para ir controlando los vehículos, es decir, ha de ser una actividad rítmica y periódica. 

La meditación es una práctica que te permite aquietarte y poner tu atención en la Presencia. 

Descripción de la práctica de la meditación: 

1) Aquietamiento de la actividad externa tanto de la mente como del cuerpo. Lo primero que debemos aquietar es el cuerpo físico que por otra parte es el más fácil de aquietar, pues nos sentamos, nos quedamos quietos y ya está. Después debemos aquietar el resto de los cuerpos inferiores. 

Es importante que la meditación se convierta en una práctica rítmica, diaria, pero nunca debe ser una actividad obligatoria sino que debe convertirse en una práctica deseada. Lo ideal es de 15 a 

30 minutos al menos una vez al día, dos mejor. 

2) Asegurarnos de que no nos van a molestar y visualizarnos envueltos en una esplendorosa Luz Blanca. La Luz siempre se ve como algo constructivo; por eso meditar en la Luz es como meditar en esa Energía Divina que nos trae armonía, paz, felicidad. Los primeros minutos reconoce la conexión entre el ser externo y tu propio Dios interno poniendo tu atención en el centro-corazón y visualizándolo como un Sol dorado. 

Nosotros siempre estamos conectados con Dios, si no ,no tendríamos vida. Al principio puede resultar un poco extraño visualizar a Dios como la Luz Blanca pero a medida que lo vamos practicando cada vez es más natural. Para ello es importante la visualización que consiste en ver a través de la mente, no con la vista física. 

3) Reconocimiento. “Acepto gozosamente ahora la plenitud de la Magna Presencia de Dios, el Cristo Puro”. 

¿Cómo aceptar a Dios en nuestra vida? Dios es el Bien, siempre es el Bien, que tengamos dificultades en nuestra vida sólo es producto del mal uso de la Energía. 

Dios es el Bien, es Amor, es Luz y cuando aceptamos el Bien, el Amor, la Iluminación, en nuestra vida aceptamos a Dios. 

4) Cerrar la meditación con el comando “Yo soy un hijo de la Luz, yo amo la Luz, yo le sirvo a la Luz, yo vivo en la Luz, yo soy protegido, iluminado, suministrado y protegido por la Luz y yo bendigo la Luz”. Esta frase reafirma el reconocimiento de Dios en nuestra vida. 

Para hacerlo más sencillo al principio se utiliza la Luz Blanca pero cada cualidad, cada sentimiento, tiene su propia energía, su propio color, su propia vibración y entonces si queremos meditar sobre una cualidad en particular podemos visualizar la Luz de otro color: rosa, verde…. Pero debemos tener en cuenta que si el objeto de nuestra meditación es nuestra propia Presencia, ésta lo contiene todo, entonces ¿por qué conformarnos con una sola cualidad? 

El objetivo de la meditación es aquietar los vehículos inferiores y nos permite poner la atención en la Presencia. 

Haciendo caso a la Eterna Ley de la Vida “en lo que pones tu atención en eso te conviertes” y considerando que la Luz es de dónde han salido todas las cosas y que la Luz es la Suprema Perfección, es bueno recordarlo a la hora de meditar: lo mejor es meditar en la Luz, pues la Luz es la Presencia y lo contiene todo. 

La meditación ha de ser una práctica rítmica, periódica. Las primeras veces que meditamos es difícil mantener controlados a los cuerpos inferiores, es importante, no desanimarse, hacer el hábito y para ello siempre que perdamos la atención se ha de regresar al objeto de meditación, en este caso la Luz Blanca. 

No se recomienda meditar a oscuras. Al meditar estamos poniendo la atención en la Luz, por eso, no es recomendable meditar a oscuras. Los Maestros son categóricos al respecto y nos dicen que es mejor no meditar a oscuras, que va en contra del objetivo de la meditación que es poner la atención en la Luz. 

¿Es necesario poner música, prender incienso…? Se puede hacer, sobre todo al principio, si eso nos ayuda, pero no es necesario. 

La meditación no es simplemente relajación física sino que es una práctica que nos permite aquietar no sólo el vehículo físico sino también el etérico, el emocional y el mental y que nos permite poner la atención en la Presencia. La meditación no es una práctica extraña, esotérica, es algo muy natural. La meditación no nos induce a ningún trance hinóptico ni nada por el estilo, durante la meditación se mantiene el nivel de conciencia, incluso se incrementa pues al aquietar los vehículos se puede percibir todo con más claridad. 

La meditación no tiene resultados destructivos, siempre tiene resultados constructivos: 

-aquietamiento de los vehículos; nosotros estamos todo el día pensando, sintiendo…. En un estado de inarmonía constante y la meditación nos permite devolver la armonía a nuestros vehículos, -se cultiva el auto-control sin tener la necesidad de dominio de la personalidad. 

La meditación es una práctica, si no se practica, no se consigue nada. La meditación es acumulativa, mientras más se practica más se sienten los resultados, se va obteniendo un momentum (acumulación de fuerza). Al practicar la meditación uno empieza a desarrollar el aquietamiento interior de una forma natural. 

Para practicar debemos tener un entrenamiento y para ello debemos poner en práctica el auto-entrenamiento y la auto-disciplina y esto es algo que asusta a la personalidad. 

Disciplina es algo que se relaciona con obligación y sin embargo no es más que un compromiso que nosotros adquirimos con nuestra Presencia y no requiere de gran esfuerzo si acomodamos la meditación a nuestras vidas. 

Podemos incluir la meditación en nuestras vidas de una forma armoniosa: lo recomendable es dedicar de 15 a 20 minutos por la mañana y por la noche. Es importante no meditar cuando estamos cansados o tenemos sueño. No es bueno abordar la meditación con una actitud de obligación sino que deberíamos acomodarla a nuestras vidas. 

Es importante hacerlo periódicamente y a la misma hora porque eso va a lograr momentum. 

Expectativas de la meditación. El objetivo de la meditación es lograr el aquietamiento de los vehículos y poner la atención en la Presencia y si lo que estamos es esperando oír voces, sentir aromas o experiencias extrañas estamos quitando la atención de la Presencia para ponerla en cosas externas. 

Colores de la ropa en la meditación. No se recomiendan los colores rojo y negro porque bajan la vibración cuando con la meditación lo que se persigue es elevarse a lo más alto. 

Meditar solamente no nos convierte en santos. La meditación se debe balancear con un servicio activo. Si estamos meditando con el fin de lograr un aquietamiento, una armonía, es importante que además pongamos atención en nuestras actitudes ante la vida. 

Acompañamiento en la meditación. Se puede acompañar la meditación con música y con incienso si esto incita más a la relajación, pero no es necesario. Para meditar sólo necesitamos nuestra atención. 



Hay muchas técnicas de meditación. La que vamos a utilizar es una bien sencilla que consta de tres pasos: 

1) Postura y relajación 

2) Respiración rítmica 

3) Poner la atención en la Presencia 



Postura. Como nosotros en el mundo occidental no tenemos la habilidad como en el mundo oriental de plegarnos, adoptar la postura del loto… lo hacemos sentados en una silla con respaldo con la espalda recta ya que cuando tenemos la espalda recta, la energía que viene de la Presencia fluye mejor, sin obstáculos; si estamos encorvados estamos bloqueando la energía y ésta no fluye óptimamente). 

Relajación. A lo largo del día estamos tensos, acumulamos la tensión en la cara, en los hombros, en la espalda… Antes de meditar hay que fijarse qué parte de nuestro cuerpo tiene tensión y empezar a relajar, soltando los músculos…. Hay que relajar no sólo el cuerpo físico sino también el emocional, el mental. Cuando meditamos, a veces el cuerpo físico se mueve, siente picor… se notan cambios de temperatura o bien podemos sentir frío o calor. Esto es la propia energía del cuerpo, producto del aquietamiento, es el propio cuerpo acomodándose. 

Respiración rítmica. Es una práctica sencilla y poderosa que el MaháChohán trajo a la atención de los Estudiantes. No sabemos respirar, no respiramos correctamente, respiramos superficialmente, no llenamos lo pulmones de aire, no respiramos profundamente. Este es un hábito que se puede corregir. 

Con la respiración rítmica se consigue la respiración profunda y rítmica y se sienten los efectos de la relajación. 

Hasta que la respiración correcta no esté establecida en nuestra vida sería conveniente que varias veces al día hiciéramos varias respiraciones profundas y lentas, pensando y sabiendo al tiempo que atraemos la energía a nuestro cuerpo que estamos tocando la Fuente Universal de Fortaleza y Poder y al exhalar sabemos que la forma de carne ha sido purificada. 

El aire contiene una energía denominada prana y al no respirar profundamente no absorbemos el prana en su totalidad con lo cual nos sentimos cansados y desgastados, producto del mal hábito de la respiración. 

Práctica de la Respiración rítmica 

Tiene cuatro etapas: 

1) Inhalación 

2) Retención 

3) Exhalación 

4) Proyección 

La respiración se hace en su totalidad a través de las fosas nasales, no se inhala ni se exhala por la boca. 

Al principio, comenzamos con la cuenta de cuatro pulsaciones inhalando, luego reteniendo el aire durante cuatro pulsaciones, de allí exhalando cuatro pulsaciones y luego sosteniendo (sin aire) cuatro pulsaciones. Con el tiempo y la práctica debe llegarse a realizar la respiración rítmica a la cuenta de 8 segundos o pulsaciones. 

Poner la atención en la Presencia. Al principio, es fácil perder la atención y los cuerpos inferiores continuamente nos apartan de la Presencia. Para ello es útil utilizar un mántram (palabra que se repite durante la meditación). Vamos a utilizar las palabras “YO SOY”. Se repiten mentalmente las palabras “YO SOY”. Repetir “YO SOY” ayuda a la mente a relajarse para que la energía pueda pasar libremente a través de nosotros. Llega un momento en la meditación en que vamos a dejar de pronunciar “YO SOY” y quedamos en silencio, en conexión con la Presencia. 

La meditación en el “YO SOY” es meramente un instrumento para aquietar los vehículos. Dice el Maestro Ascendido Saint Germain: “La meditación es sentir la Presencia activa de Dios” y al entrar en meditación no se puede arrastrar todas las perturbaciones que hayamos tenido durante el día, de allí que haya que eliminar conscientemente de los sentimientos y quitar la atención de toda cosa perturbadora y luego entrar a la meditación para sentir la Presencia de Dios, no para repasar tus problemas. 

Hay días en que los vehículos están más alterados y aunque la repetición de “YO SOY” ayuda, los vehículos van a estar saltando de una cosa a otra y cuando eso ocurra debemos regresar al “YO SOY”, no importa el tiempo que hayamos pasado en desconexión, hay que regresar una y otra vez. No hay meditación fracasada, cada una es diferente, cada meditación es un paso más para lograr el aquietamiento requerido para que la energía de la Presencia pueda fluir libremente a través de nosotros, 

¿Por qué escogemos las palabras “YO SOY”? Porque “YO SOY” es el nombre de Dios y por eso usamos esas dos palabras que son lo más alto. El uso de la palabra “Dios” ha hecho que esta palabra se convierta en algo lejano, pero al decir “YO SOY” nos estamos refiriendo a la Presencia de Dios activa en nosotros. 

Dice Saint Germain: “Cuando dices y sientes “YO SOY” liberas la Fuente de la Vida Eterna para que fluya sin obstáculos en su curso “. Le estamos abriendo la puerta a esa energía. “YO SOY” tiene un gran poder, meditar en “YO SOY” atrae la energía de la Presencia a nosotros. 

Distracciones durante la meditación. Los pensamientos y los sentimientos producen diversas distracciones durante la meditación. Hay gente que dice que siente presencias Angélicas… eso son sólo distracciones. Los sentimientos que tenemos durante el día, en ese momento que nos aquietamos salen. 

El objetivo de la meditación es poner la atención en la Presencia y para ello debemos lograr aquietamiento. En el momento que percibimos que nos hemos distraído hay que regresar. El éxito de la meditación es tomar conciencia de esas distracciones y volver al objeto de la meditación. La clave es: volver, volver, volver… a poner la atención en la Presencia, ése es el auto-entrenamiento. El éxito de la meditación está en disciplinar los vehículos de manera que en el momento necesario podamos poner la atención de la Presencia ( ya sea en una emergencia o en un momento constructivo en el que pensamos que requerimos la ayuda de la Presencia). 

Visualización. La visualización consiste no en la visión física sino en la visión con la mente. Es una herramienta que se puede incorporar a la meditación. El aire que nos rodea tiene una energía muy especial que es el prana (energía Divina) y como no estamos acostumbrados a respirar correctamente sino que respiramos superficialmente no aprovechamos esa energía. La visualización que vamos a utilizar es para atraer esa energía, llevarla a nuestro corazón, después expandirla por todo nuestro cuerpo y después proyectarla para beneficio de quienes nos rodean. 

Resumen de la meditación 

1) Postura 

2) Relajación 

3) Respiración rítmica. Aquí incorporamos la visualización y al inhalar visualizamos como un spaguetti de Luz entrando por nuestras fosas nasales. Al retener, visualizamos esa Luz en nuestro corazón y se carga con la energía de Dios y se vuelve más luminosa. Al exhalar, visualizamos la Luz expandiéndose por todo nuestro cuerpo y al Proyectar visualizamos esa luz saliendo por la coronilla de nuestra cabeza en forma de una fuente para beneficio de todo los que nos rodea. Repetimos la respiración rítmica seis veces (de momento vamos a utilizar cuatro segundos). 

4) Repetición “YO SOY” y cada vez que perdamos la atención debemos regresar al “YO SOY”. 



EJERCICIO DE MEDITACIÓN 

Nos sentamos, apoyamos la espalda en el respaldo de la silla, tomamos una respiración profunda, cerramos los ojos, inhalamos, exhalamos, a nuestro propio ritmo. Comenzamos la relajación del cuerpo físico, relajamos los músculos de la cara, del cuello, los hombros, los brazos, el tronco, las piernas, las manos, la espalda…. 

Respiramos profundamente, a nuestro propio ritmo. Sentimos como el cuerpo físico se relaja, tomamos una respiración profunda, exhalamos y nos preparamos para la respiración rítmica. Preparados. 

1) Inhalación 3,4, 

2) Retención 3,4, 

3) Exhalación 3,4 

4) Proyección 3,4, 

Descansa 3,4, 

(X6) 

Respira normalmente, con mucha suavidad, repetimos mentalmente las palabras “YO SOY”, “YO SOY”, “YO SOY”… (10 minutos). 



Tomada de una clase de la Instructora de Metafísica Lorna Sánchez del Grupo Metafísico Serapis Bey de Panamá.