domingo, 30 de octubre de 2011

LA ENFERMEDAD SEGÚN EMMANUEL



La enfermedad es una enseñanza, es un mensaje del alma. Cuando las lecciones se aprenden, la enfermedad se convierte en algo que nunca ocurre. 

La enfermedad es la confusión de esa alma en particular que se manifiesta físicamente para que la conciencia la vea. 

Ustedes mismos son cada parte de una enfermedad. Escuchen a su propio cuerpo. ¿Qué está diciendo? Sean esa parte de su cuerpo. Una vez que hayan oído la voz de esas áreas que están recalcitrantes, la mente madura dirá: “Encontremos otra manera de hacer las cosas”. En ese momento, ustedes literalmente abrazan esa energía aberrante dentro de sí-ya sea energía mental, física o emocional y comienzan a quitarle vigor por el simple hecho de aceptarla. Se da inicio la transformación. 

El dolor les hablará cuando ustedes estén listos para aprender de él. El dolor emocional dice una cosa; el dolor físico dice otra. Aún su ubicación en el cuerpo es elocuente. Nada en la vida se da al azar. Me doy cuenta de que es duro oír algo como esto, máxime cuando alguien está sufriendo; pero es que la verdad es la verdad. Ustedes viven en un universo sano y ordenado. Hagan de éste su propio credo. 

La enfermedad existe primero en el plano inmaterial de la necesidad espiritual, de la confusión emocional, o de la aberración mental. La enfermedad nunca se inicia en lo físico. El cuerpo es el reactor. Éste vibra con la tensión y no es más que una manifestación externa de la baraúnda interna. 

A medida que el cuerpo se constriñe bajo la arremetida del trauma, se le niega energía a una parte en particular del cuerpo. Así, se monta el tinglado para una manifestación física que se denomina en la realidad de ustedes un mal funcionamiento del cuerpo. 

Se clasifican las enfermedades por sus manifestaciones sintomáticas, pero sus causas pueden ser totalmente distintas. La misma enfermedad puede darse en dos seres diferentes por dos razones distintas. Ésta es la forma en que cada cuerpo expresa su descripción de la desunión. 



¿Son kármicas algunas enfermedades? 

“Kármico” y “tensión” es lo mismo. Es así como ustedes han se han diseñado en esta vida para seguir el mapa de su propia alma dentro de áreas de conflicto. Estas podrán denominarse “kármicas”, y, sin embargo, éste es un término que trae más ilusión que claridad. 

La curación puede ocurrir instantáneamente si se da el reconocimiento de la Verdad sobre lo que ha causado la enfermedad. Así que la enfermedad es, sin excepción, haber hecho físico lo que la conciencia no ha estado dispuesta a recibir. 

Al fluir la Fuerza de la Vida y la Conciencia del alma a través del cuerpo físico, esas áreas del cuerpo que presentan resistencia a aquéllas pueden desarrollar una disfunción en algún momento de la vida, dependiendo de las necesidades del alma. 

Cualquier tipo de rechazo se expresa, a fin de cuentas, en lo físico, lo cual es una razón para que las almas se pongan cuerpos físicos. De esta manera, deben encarar lo que están renuentes a encarar en los niveles mentales y emocionales. 

Tu cuerpo enfermo no es tu enemigo sino tu amigo fiel. Ha sido programado por tu alma para reaccionar precisamente de esa manera en ese momento preciso. Hazle caso a sus consejos. 



¿Podría ser el SIDA una plaga enviada por Dios? 

Oh, Mis Amados, ¡qué pensamiento tan terrible ese de que Dios pueda mandar una plaga! ¿ Cómo esperamos curar esta aflicción si nos quitamos de la vía y le echamos la culpa a una deidad? No.No. Quienes reconozcan su autonomía en sus propias vidas sabrán muy bien que ésta no es la causa. 

Ningún Dios de Amor Compasivo podría infligirle a nadie, ya sea individuo, grupo o comunidad, enfermedad alguna, ni aún el más leve resfriado común. 

Si ustedes creen merecerse el castigo, necesitan preguntarse que es lo que les falta en su vida. ¿Habrá algún sentimiento de culpa por allí? El asunto consiste en su identificación con alguna postura que sugiera que ustedes se merecen el castigo de Dios, no la enfermedad en sí. 



¿Ves tú una cura para el SIDA en el futuro inmediato? 

Sí, y está viniendo rápidamente, por lo que les queda poco tiempo para aprender de las enseñanzas manifiestas que el SIDA ofrece. En el momento que se logre una cura para el SiDA, si ustedes no se las ha habido con el miedo, despejarán la vía para otra cosa temible. Siempre ha habido una cura sencilla para el miedo: la escogencia del amor por sí mismo. 

¿Cuántos de los que finalmente han muerto de SIDA han encontrado en el camino la Sabiduría para comenzar a amarse a sí mismos? ¡Qué enseñanza tan valiosa para el alma! El temor humano dice: “Sí, pero ellos murieron”. Bueno, puede que hayan dejado sus cuerpos. Algunos ya han regresado para enseñar lo que aprendieron. En el momento de morir, o justo antes, ellos llegaron a la realización de que eran merecedores de su propio amor. Con tal habilitación, ellos regresan prontamente. Durante los próximos diez años (ahora 1988) presenciaremos un influjo de niños sabios y amorosos. Es una danza mucho más vasta de lo que aparenta en el mundo humano de ustedes. Quítense los lentes del enfoque humano y podrán ver la maravilla de todo esto desde la perspectiva del espíritu. 

No permitan que le SIDA los ponga entre la espada y la pared, haciéndoles olvidar el propósito por el cual ha venido. El SIDA es miedo, y el miedo viene en múltiples formas. Es una corriente energética en el cuerpo suyo. Es una falsa creencia que data desde la niñez. Es una cinta vieja en sus mentes. Antes de que se anuncie la cura para el SIDA, ustedes habrán de hacer su tarea; de lo contrario se le pasará a otra cosa. La oportunidad de aprender está aquí. ¿Por qué esperar? 

Explórenlo todo, examínenlo todo en sus vidas, pero siempre con la pregunta: “¿Estoy escogiendo el Amor o estoy escogiendo el miedo?”. Cuando se encuentren con que han escogido el miedo, deténganse allí mismo y no se muevan ni un centímetro hasta que hayan caminado a través de dicho miedo y hayan encontrado el Amor que yace más allá. Ésta es la tarea que les toca realizar, la cual, a través de la Sabiduría de su alma, ya no puede seguir siendo eludida. Ustedes se han dado a sí mismos un regalo. La única curación posible es el Amor. 

Tómense tiernamente de la mano. Tiéndanle sus manos a otros sólo en la medida en que se vayan asegurando en su amor por sí mismos. Nunca ofrezcan una mano a otro con miedo. Si ellos están aterrorizados y ustedes sienten dentro de sí un miedo resonante, váyanse de allí. Su tarea consiste e optar por el Amor, no en servir al miedo en otros-una distinción muy importante. Bienvenidos al curso de post-grado. Ustedes son ambos el profesor y el estudiante.

Tomada de "El Libro de Emmanuel"

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